Nuevo reto: "—En aquel valle desconocido de China habitaba una especie desconocida de …
La mujer interrumpió la narración del cuento para limpiarse casi a escondidas las lágrimas que intentaban salir por sus ojos, haciendo que la atención del niño que se encontraba en la cama se centrara de nuevo en ella.
—Venga, mamá. Sigue con el cuento —pidió ansioso el chiquillo, queriendo ignorar la angustia que transmitía la adorada voz.
Los aparatosos apósitos que cubrían sus ojos le impedían ver el rostro de su madre, pero solo por el tono, era capaz de saber casi con certeza cuales eran sus pensamientos. Los sonidos no tenían secretos para él, era una técnica que había perfeccionado durante sus ocho años de vida.
Ella acercó su mano a la carita de su hijo y le hizo una dulce caricia.
—¡Pero mira que eres guapo y valiente! —le dijo orgullosa.
El pequeño acababa de someterse a una operación para intentar devolverle la vista, pero nadie le había dicho aún cual había sido el resultado de la intervención.
—Sí, si… Pero sigue, mami… —le suplicó sonriendo.
—Una especie desconocida de niños —retomó el cuento la aludida, intentando transmitir una confianza que estaba muy lejos de sentir—. Ninguno tenía ojos, pero todos jugaban felices junto a sus padres y maestros, que también carecían de ellos…